6.17.2008

Por qué leo fantasía (Parte 2)

Los cuentos de fantasía nos son tan queridos, porque, como un viento fresco, irrumpen con sus historias trayendo dramatismo a vidas pocos dramáticas. Alientan al niño del que estamos hechos y nos recuerdan que nuestro Padre es un Dios de misterio, amante de las historias y creador de su propio cuento de hadas. 'Mientras haya misterio, habrá salud'. ¿No parecen sacadas de un cuento de hadas esas margaritas con sus gotas de agua como zafíros, que Él crea dia a día y que no se cansa de crear?

¿No es cierto que los 'adultos' (¡Oh abomibale palabra cuando se usa para denotar superioridad!) son los que nos dicen que estámos demasiado viejos para leer cuentos? ¿No son los domesticados humanos los que ponen la rutina como una de las mayores tragedias de la existencia misma? Tal vez no se dan cuenta que el creador, al poner en marcha su propio cuento hizo que un dia sucediera a otro. 'Es posible -escribió Chesterton- que El Sol salga todas las mañanas porque no se cansa de salir (...) pues tiene superabundancia vital'.

Porque nosotros hemos pecado y envejecemos, dejamos de disfrutar aquello que amábamos cuando niños. Pero nuestro Padre es más joven que nosotros. No desaprovechó jamás la oportunidad de jugar con los niños, ni de contarles una historia. No es de extrañarnos que fuera tan popular entre los pequeños.


Ahora, no haría justicia si dijera que la crítica a ciertos cuentos de fantasía está errada del todo. En la inglaterra victoriana, leer fantasía era un pasatiempo común, y las mejores histórias del género se crearon en esa época. En un universo tan vasto de escritores y obras, podemos esperar que existan historias que no son buenas. Buenas No solo tomando en cuenta su calidad literaria, sino también el objetivo y mensaje del autor. Algún día escribiré algo al respecto. Por el momento, puedo recomendar el ensayo de C.S. Lewis: On three ways to write for children, donde desglosa de manera magistral las tres formas más comunes que se cultivan en la escritura de fantasía.

No me gustan todos los libros de fantasía. Son pocos y escogidos. Y de todos, los que menos me gustan son los que Lewis cataloga como 'Gadgets'. Mis favoritos son aquellos que fueron producidos por Cristianos (Lewis, Chesterton, MacDonald, Tolkien) y que resaltan el amor a la naturaleza, el triunfo del bien sobre el mal y la alegría de vivir. Y de entre todas estas flores, mis favoritos son los que encierran alegorías de la fe.

La última subcategoría que mencioné es la más rara, escaza y especial de todas. Y puede mostrarnos, cosas que pasaron o que ocurriran en el futuro. Entre todos, éstos son los que más han marcado mi existencia. Éstos tienen la particularidad de criticar el estado actual de las cosas y fundan nuestra esperanza en las cosas por venir que esperan los Cristianos. Nos ayudan a recordar que somos peregrinos, que no pertenecemos a este lugar y que eso explica el por qué anhelamos algo que por ahora sólo es posible ver en sueños. Esto fue lo que Chesterton escribió al respecto:

'No toca a la tierra juzgar al cielo; pero si al cielo juzgar la tierra. Igualmente la tierra no puede criticar al reino de
las hadas, sino este criticar a la tierra'.

Alguien dijo en los comentarios que la fantasía, como el vino, puede beneficiarnos o embriagarnos. Creo que tiene razón. Necesitamos despertar y saber que tampoco es saludable vivir en un sueño sempiterno, pues el mundo que anhelamos y soñamos, el mundo que El Creador de la primavera prometió antes de partir no es el lugar en el que nos encontramos ahora. Y el cuento será beneficioso siempre que nos recuerde que este no es nuestro hogar. Pero que es nuestra residencia temporal y que es menester vivir aqui como si vivieramos allá. 'Esta es la razón por la que les traje a Narnia, para que conociéndome aqui un poco, puedan conocerme mejor allá'.
(Continúa)

6.16.2008

La Frase de Chesterton

'Cuando amamos una cosa, su alegría es una razón para amarla, y su tristeza es una razón para amarla más aún'
La bandera del Mundo, Ortodoxia, G.K. Chesterton

6.12.2008

Por qué leo fantasía (parte 1)

¡Medianos! (...) ¿Vivimos en el país de las hadas o en una tierra verde a la luz del Sol?
-Un hombre puede vivir en ambos sitios -dijo Aragorn-
J.R.R. Tolkien, Las dos Torres

'Aquello en lo que más creía yo (...) y en lo que sigo creyendo, son los cuentos de Hadas'
G.K. Chesterton, Ortodoxia


¿Por qué leo Fantasía? o más importante aún, ¿Por qué creo en la fantasía? son las cuestiones que trataré de responder a continuación.

En el típico cuento de hadas, el héroe es un muchacho común y corriente. Lo que asombra al lector y al mismo protagonista de la historia son sus aventuras, pues a pesar de ser enormes, son realizadas por una criatura normal. El encanto de la fantasía es que la fantasía es real, y más que real. Real y verdadera no porque nos muestre que los dragones existen, sino por mostrarnos que los dragones pueden ser derrotados.

Naturalmente nuestro corazón fué diseñado para aspirar algo mayor que nuestra realidad. Cierto escritor dijo que todo hombre necesita un sueño para soñar, una aventura para vivir y una bella que rescatar.Y si vemos a nuestro alrededor, no tardaremos en preguntarnos ¿Esto es todo? ¿Para esto fui creado? Aunque creo que en este punto me estoy adelantando.

No estoy de acuerdo con los que creen que la fantasía es un medio para escapar de la realidad. Lo primero que preguntaría a aquellos que comparten esta idea es qué entienden por realidad. Si para ellos, 'realidad' es la miseria, conformismo y derrota que nos muestran día a día los periódicos, entonces sí, la fantasía nos ayuda a escapar de esa realidad y a anhelar una mejor. Creo que todos los hombres, hasta cierto punto han olvidado quienes son, para qué fueron creados. Todo eso que las personas llaman 'racionalidad', 'sentido común', 'sentido práctico' o positivismo tan solo se refiere a que para ciertos aspectos muertos de la vida olvidamos que hemos olvidado.

6.11.2008

El viento perro de las mariposas

No se si el viento se convirtió en perro o el perro devino en ventisca...
Recuerdo la aurora de cuando fuimos dichosos: un fuerte vendaval, despeinando la hierba y su lacia cabellera. Mis otros amigos, corretenado en el prado y mi perro negro azabache, siguiendo mariposas de otros mundos, que sólo él y yo veíamos. Lejanas mariposas de la nostalgia. Un breve instante aquel en el que no existía en ninguna parte del mundo tristeza, dolor, temor ni desconsuelo.
Era la edad feliz del viento perro de las mariposas.
La vida era real, porque estaba desnuda en nuestras caras de niño. Y yo era un chiquillo a veces triste, porque después de llorar, mis lágrimas eran dulces en mis labios —Porque hay una escondida dulzura más allá de esas gotas saladas del mar interior—.
Y el perro veía mariposas que sólo él veía, mientras yo miraba sueños amarillos, que solo yo miraba. El mundo entonces tenía nuestra misma edad, la edad de los planetas... La edad de la inocencia.
Al final no se si el perro soñó a la noche o si la noche soñó al perro, pero los dos eran del color del carbón y de los imposibles.

6.08.2008

La Frase de Chesterton

'No hay que averiguar si la respuesta corresponde a nuestros tiempos, sino averiguar si corresponde a nuestra pregunta'.
Ortodoxia, Las Paradojas del Cristianismo
G.K. Chesterton

6.07.2008

Palabras: valor y poder

Cualquiera de nosotros al leer el Antiguo Testamento se sorprenderá de la multitud de juramentos, pactos y contratos que se hacían 'de palabra'. Es decir, sin necesidad de redactar un documento o un memorial del suceso. En algunas culturas antiguas diferentes a la Judía se eregían Piedras, se sacrificaba un animal o se esparcía sal al jurar y prometer, pero la evidencia demuestra que lo más importante era la palabra. (A los interesados les aconsejo revisar el apéndice de la Abolición del Hombre, de C.S. Lewis).

En el penultimo capítulo de la comunidad del Anillo, leemos:

—Los Hombres de Gondor respetamos la palabra empeñada —Dijo Bóromir a la compañía— mientras cruzaban el Río. Os acompañaré hasta donde acordamos (...) y luego volveré a Minas Tirith, solo, si es que no he ganado un amigo con mi ayuda.

Al pensar en este hecho, no dejo de preguntarme si en la actualidad nuestras palabras han perdido valor, o si en realidad nosotros les hemos despojado del valor que antes tenían. El hombre sabio dice en su Libro que es mejor no prometer que prometer y no cumplir. Aunque creo que es mejor prometer y cumplir.

Al parecer, por toda la evidencia que existe en la Biblia, Dios toma muy en serio la palabra. Según los Teólogos hay dos cosas que Él ha exaltado sobre todas las cosas: Su Nombre y Su palabra. Y es más que seguro que la Inteligencia perfecta y divina recuerda cada una de nuestras palabras, cada una de nuestras promesas y espera que las cumplamos.

Todos en la vida hemos quebrantado promesas y hemos faltado a nuestras palabras. Y tambien hemos sufrido porque otros han hecho lo mismo con nosotros. Las palabras no solo son valiosas, sino que tienen poder. Probervios dice que la muerte y la vida están en poder de la lengua.

Ciertas palabras son mas letales que golpes de espada. Y la ausencia de otras palabras nos puede causar dolor y heridas. Según los poetas ebrios,(XD) el juicio a muerte de un hombre fué para él ''como aquel beso que no dió, como ese 'te quiero' que negó''...

Podemos hacer el bien o el mal, dependiendo de la manera que usemos las palabras. Un texto que ejemplifica ambas cosas —el valor y el poder de las palabras— a la perfección lo encontramos en el diálogo entre el enano Gimli y Elrond el medio Elfo, cuando la compañía está a punto de partir:

—Desleal es aquel que se despide cuando el camino se oscurece —Dijo Gimli
—Quizá —dijo Elrond—, pero no jure que caminará en tinieblas quien no ha visto la caída de la noche.
—Sin embargo, un juramento puede dar fuerzas a un corazón desfalleciente.
—O destruirlo —Dijo Elrond—

Un juramento puede dar fuerzas a un corazón o puede destruirlo. ¡Qué poder tienen las palabras! Alguien cínico podría decir que si las palabras son tan valiosas y poderosas, entonces lo mejor es no hablar, ni prometer. Pero historicamente los grandes hombres que lograron cosas más grandes que lo que podían imaginar fueron hombres de palabra. Fueron tranformados por una verdad que los liberó. Y luego fueron fieles hasta el final, incluso hasta la muerte.

En Historias de Terramar, —En mi opinión personal, la mejor saga de magia que existe— el poder de Sus Magos reside en el conocimiento del Nombre verdadero de las cosas y las criaturas. Un Señor de Dragones es aquel que conoce su lenguaje draconiano, la lengua antigua. Un Maestro del Clima es aquel que puede controlar la tormenta en la mar, pues conoce el nombre de cada palmo, cada región de ese universo de agua.

Si las palabras tienen tal poder, entonces, es menester que administremos ese poder con sabiduría. Dura cosa es prometer algo que no estamos dispuestos a cumplir. Lamentable es decir 'te amo' cuando tu corazón no es lo suficientemente firme para resistir la fiereza de la tormenta, mienstras ésta dura. Cuando digas las palabras del amor, de Dios o del cariño, recuerda que las espinas siempre acompañan a las rosas. No diré no prometas. Sería tan absurdo como decir que no ames porque te expones al dolor.

Dije que las palabras pueden ser como golpes de espadas. Pero hay palabras que pueden sanar. Si las palabras de un simple mortal son tan poderosas, imagina el poder que tienen las palabras del Todopoderoso. ¿Lo Escuchas? Entre el clamor desbordante de muchas voces, entre gritos, ruido, lo puedes escuchar. Si tan solo pones un poco de atención le oirás. Y no te sorprendas si le escuchas susurrar tu nombre.

6.02.2008

El Valor del Individuo

Según Lewis, Para el Cristianismo un individuo posee mas valor que una sociedad entera. Una sociedad durará algunos años, miestras que el hombre lo hará para siempre: la eternidad fue plantada su corazón.
La moral secular se preocupa por los efectos producidos por las acciones de las personas respecto a la sociedad, de cuanto esas acciones benefician o dañan a los demás. La moral Cristiana no solo se preocupa por esos efectos, sino por los efectos que nuestras acciones producen en nuestra armonía con nosotros mismos y con nuestro Creador.
Está mas que probado que los humanos buscamos aprobación de otros. Un niño desea probar su fuerza, que es capaz, que es amado y potegido, que posee valor ante sus padres. Un esposo busca ser admirado y respetado, Una mujer necesita oir que es preciosa, que es amada y que será protegida. Necesita oir que alguien está dispuesto luchar por ella. Necesitamos aprobación, validación. Pero lo que en el fondo necesitamos es saber que tenemos valor y que los demás notan eso.
La búsqueda de validación se ha vuelto una carrera desesperada para muchas personas: Un hombre trabaja en exceso para ganar dinero, adquirir poder y así ser admirado-respetado por otros; Una mujer hace de su belleza el objeto de mayor importancia para sentirse valiosa y anhelada.
Los humanos tendemos a dar poder a las personas para recibir validación, sean nuestros amigos, jefes, padres o nuestra novia. Y con mucha frecuencia estas fuentes de validación nos hacen sentir de dos peñiques.
Encontrar validación no es malo, es necesario. Tan solo necesitamos encontrar esa validación en la fuente correcta. Muchos hombres de la Biblia tuvieron un encuentro personal con el Todopoderoso, quien, a la vez de enconmendarles una misión mas grande que ellos mismos les recordó su nombre y les confirmó su valor. Aún Jesús, antes de comenzar su ministerio público, escucha de Su Padre el día que es Bautizado: 'Este es mi hijo Amado en quien tengo complacencia'. La voz del Padre, nuestro nombre pronunciado por sus labios, nuestro valor, confirmado por Sus palabras.
Saber que para Él somos valiosos le da un sentido increíble a la existencia. Nos conoce por nombre, nos ama y nos tiene esculpidos en la palma de Sus manos.

6.01.2008

La Frase de Chesterton

'Toda convicción profunda va acompañada de cierta desesperación: es tan enorme la fe que el hacerla andar toma mucho tiempo'
G. K. Cheterton, Ortodoxia