6.07.2008

Palabras: valor y poder

Cualquiera de nosotros al leer el Antiguo Testamento se sorprenderá de la multitud de juramentos, pactos y contratos que se hacían 'de palabra'. Es decir, sin necesidad de redactar un documento o un memorial del suceso. En algunas culturas antiguas diferentes a la Judía se eregían Piedras, se sacrificaba un animal o se esparcía sal al jurar y prometer, pero la evidencia demuestra que lo más importante era la palabra. (A los interesados les aconsejo revisar el apéndice de la Abolición del Hombre, de C.S. Lewis).

En el penultimo capítulo de la comunidad del Anillo, leemos:

—Los Hombres de Gondor respetamos la palabra empeñada —Dijo Bóromir a la compañía— mientras cruzaban el Río. Os acompañaré hasta donde acordamos (...) y luego volveré a Minas Tirith, solo, si es que no he ganado un amigo con mi ayuda.

Al pensar en este hecho, no dejo de preguntarme si en la actualidad nuestras palabras han perdido valor, o si en realidad nosotros les hemos despojado del valor que antes tenían. El hombre sabio dice en su Libro que es mejor no prometer que prometer y no cumplir. Aunque creo que es mejor prometer y cumplir.

Al parecer, por toda la evidencia que existe en la Biblia, Dios toma muy en serio la palabra. Según los Teólogos hay dos cosas que Él ha exaltado sobre todas las cosas: Su Nombre y Su palabra. Y es más que seguro que la Inteligencia perfecta y divina recuerda cada una de nuestras palabras, cada una de nuestras promesas y espera que las cumplamos.

Todos en la vida hemos quebrantado promesas y hemos faltado a nuestras palabras. Y tambien hemos sufrido porque otros han hecho lo mismo con nosotros. Las palabras no solo son valiosas, sino que tienen poder. Probervios dice que la muerte y la vida están en poder de la lengua.

Ciertas palabras son mas letales que golpes de espada. Y la ausencia de otras palabras nos puede causar dolor y heridas. Según los poetas ebrios,(XD) el juicio a muerte de un hombre fué para él ''como aquel beso que no dió, como ese 'te quiero' que negó''...

Podemos hacer el bien o el mal, dependiendo de la manera que usemos las palabras. Un texto que ejemplifica ambas cosas —el valor y el poder de las palabras— a la perfección lo encontramos en el diálogo entre el enano Gimli y Elrond el medio Elfo, cuando la compañía está a punto de partir:

—Desleal es aquel que se despide cuando el camino se oscurece —Dijo Gimli
—Quizá —dijo Elrond—, pero no jure que caminará en tinieblas quien no ha visto la caída de la noche.
—Sin embargo, un juramento puede dar fuerzas a un corazón desfalleciente.
—O destruirlo —Dijo Elrond—

Un juramento puede dar fuerzas a un corazón o puede destruirlo. ¡Qué poder tienen las palabras! Alguien cínico podría decir que si las palabras son tan valiosas y poderosas, entonces lo mejor es no hablar, ni prometer. Pero historicamente los grandes hombres que lograron cosas más grandes que lo que podían imaginar fueron hombres de palabra. Fueron tranformados por una verdad que los liberó. Y luego fueron fieles hasta el final, incluso hasta la muerte.

En Historias de Terramar, —En mi opinión personal, la mejor saga de magia que existe— el poder de Sus Magos reside en el conocimiento del Nombre verdadero de las cosas y las criaturas. Un Señor de Dragones es aquel que conoce su lenguaje draconiano, la lengua antigua. Un Maestro del Clima es aquel que puede controlar la tormenta en la mar, pues conoce el nombre de cada palmo, cada región de ese universo de agua.

Si las palabras tienen tal poder, entonces, es menester que administremos ese poder con sabiduría. Dura cosa es prometer algo que no estamos dispuestos a cumplir. Lamentable es decir 'te amo' cuando tu corazón no es lo suficientemente firme para resistir la fiereza de la tormenta, mienstras ésta dura. Cuando digas las palabras del amor, de Dios o del cariño, recuerda que las espinas siempre acompañan a las rosas. No diré no prometas. Sería tan absurdo como decir que no ames porque te expones al dolor.

Dije que las palabras pueden ser como golpes de espadas. Pero hay palabras que pueden sanar. Si las palabras de un simple mortal son tan poderosas, imagina el poder que tienen las palabras del Todopoderoso. ¿Lo Escuchas? Entre el clamor desbordante de muchas voces, entre gritos, ruido, lo puedes escuchar. Si tan solo pones un poco de atención le oirás. Y no te sorprendas si le escuchas susurrar tu nombre.

2 comentarios:

Patty dijo...

Guau! Como siempre, es un gusto leer tus mensajes: bien explicados, profundos, con mucho para pensar, con muy buenos fundamentos.

Me gustó como analizas la importancia de las palabras.
Y creo que aunque nosotros necesitemos "ver algo escrito" para considerar su valor como algo real y permanente, para el mundo espiritual no es así.Esto también lo vemos cuando aceptamos a Dios como Señor de nuestra vida. Es nuestra palabra la que le "pone la firma" a la declaración de nuestro corazón.Ese es otro ejemplo claro sobre la alta significación de lo que se dice, de lo que se declara.
Que no de nada se nos insta tanto a cuidar lo que decimos.

Si tenemos que ser conscientes y muy cuidadosos de lo que decimos, no por eso debemos permitir que el miedo nos limite. No sea cosa que por temer que nuestros sentimientos o nuestra forma de pensar cambien, decidamos que lo mejor es callar. En eso creo que fuiste claro también.

Por todo esto, creo que lo que realmente importa es andar en intimidad con quien puede protegernos aún de nosotros mismos, y nos puede ayudar a que seamos solo manantial de agua dulce.
Y que además es Quien nos puede ayudar a ser el instrumento que lleve palabras de bendición a los corazones heridos. XD

Sam: ¡Muchas gracias por todo lo que nos enriqueces con tus comentarios!

Anónimo dijo...

No quiero decir gran cosa. Ni estoy para decirlo ni quiero.

Pero no pude evitar pensar en un poema de Pedro Salinas:

"A veces un no niega
más de lo que quería, se hace múltiple.
Se dice «no, no iré»
y se destejen infinitas tramas
tejidas por los síes lentamente,
se niegan las promesas que no nos hizo nadie
sino nosotros mismos, al oído.[...]
¡Qué difícil saber adonde hiere
un no! Inocentemente
sale de labios puros, un no puro;
sin mancha ni querencia
de herir, va por el aire.
Pero el aire está lleno
de esperanzas en vuelo, las encuentra
y las traspasa por la alas tiernas
su inmensa fuerza ciega, sin querer,
y las deja sin vida y va a clavarse
en ese techo azul que nos pintamos
y abre una grieta allí."

Gracias por dejarlo. Y sorry por no comentar nada en realidad. Digamos que estoy en "stand by" por un tiempo que va para largo. Saludos, colega.